El término calao hace referencia en La Rioja a la cueva excavada que, por sus condiciones de temperatura, humedad, iluminación y aislamiento, la hacían idónea para la elaboración, cría y almacenamiento de vinos.

 

Estos calaos, generalmente de ámbito familiar, se arraciman en laderas de cerros en multitud de municipios en nuestra región formando los tradicionales barrios de bodegas. Individualmente constituyen una tipología constructiva concreta y, en conjunto,  una  morfología urbanística muy característica de la zona.

 

Los valores intrínsecos de estos barrios de bodegas pueden ser de gran interés general, ya que culturalmente su desarrollo va unido a la viticultura tradicional de los municipios de La Rioja con el potencial económico turístico que esto puede tener.

 

Sin embargo, por su propia naturaleza subterránea y ciertamente oculta, es un elemento urbano y constructivo poco definido y escasamente inventariado, sobre el que apenas hay documentación gráfica.